En la vida no hay fórmulas mágicas para lograr la felicidad y en la búsqueda de ésta, lleva el ser humano invertida toda su existencia. Pero sabed también, que si tenéis claro cuál es vuestro ideal de vida, lo vaís a tener más fácil.
Muchas personas durante su vida, se empeñan en vivir de proyectos a largo plazo. Cuando están en la ESO preparan, planifican o proyectan su paso a los Ciclos Formativos o al Bachiller, paraluego acceder al mundo laboral o a la Universidad.
Una vez allí, programan el paso a un empleo con futuro, un empleo que les permita ganar lo suficiente: conseguir una hipoteca… cambiar de coche cada cuatro años… tal vez incluso unas vacaciones de vez en cuando… Podríamos añadir más cosas…
Mientras tanto, la vida va pasando y las personas dejamos atrás miles de días y millones de momentos maravillosos que podríamos haber disfrutado.
La felicidad es extremadamente volátil, frágil, y sólo se deja atrapar momento a momento. Vivir de ilusiones futuras, implica perder la dicha que día tras día llama a nuestra puerta.
En la escuela diaria de la felicidad las lecciones se aprueban cada amanecer, cada hora, cada minuto y cada segundo, pues es en los pequeños detalles de la existencia cotidiana, donde reside el verdadero placer de vivir.
¿Verdad que cuando vamos a ver una película nos gusta que la trama sea interesante? ¡Ponedle argumento a vuestra existencia! Lo mismo debéis exigir a vuestro día a día. No os dejéis llevar por la inercia. Tratad de introducir variaciones en vuestra vida y… ¡Pensad que vosotros sois los protagonistas!
Hace ya XXI siglos – y son muchos siglos- un filósofo romano llamado Séneca, decía que la vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.
¡Hasta pronto!
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